Terminó nuestra primera semana en Leon y las cosas se ponen cada día más emocionantes con talleres y presentaciones a diario.
Al terminar el Berrinche Ambiental, nos trasladamos a Leon a iniciar nuestro trabajo con los niños y niñas de el proyecto ” Chavaladas” , un orfanato temporal para niños con familias en crisis económica o emocional; y “Los Niños del Fortín”, una escuela creada para los hijos de personas que trabajan en el basurero municipal.
Cada día nos sorprendemos más de lo rápido que estos chicos aprenden y del hambre que tienen por aprender distintas habilidades circenses. Como en todas las cosas, hay altos y bajos, creo que nuestro principal obstáculo ha sido la barrera de lenguaje. En el grupo, sólo Bea y yo hablamos español, Eli y Ali tienen conocimientos básicos y Esther y Sam, recién han iniciado su aprendizaje del idioma. Pero eso no ha impedido que les podamos enseñar y/o reforzar distintas habilidades.
Cada día estos niños y niñas nos reciben con abrazos y sonrisas, y aunque en ocasiones es difícil hacer que se concentren en el trabajo, es palpable que han aprendido muchas cosas lo que nos da energías para poder continuar.
Uno de nuestros proyectos, Chavaladas, están trabajando en el montaje de su show, que presentarán en la plaza central de la ciudad de Leon, ¡serán nuestros teloneros!
Entre juegos y risas, se trabaja un montaje que incluye zancos, cariocas, diabolo, hula hoops y clown, entre otras. Ahí es donde nosotros nos sentimos felices, pues ese es nuestro principal objetivo: que los niños y niñas aprendan y sobre todo, que sean felices.
En nuestras presentaciones, cada espectáculo ha sido diferente, desde los escenarios, hasta los espectadores. Pero estamos dando lo mejor de nosotros y eso se transmite a la audiencia y se transforma en sonrisas, silbidos, abrazos y aplausos. Definitivamente hemos mejorado nuestro espectáculo y la gente disfruta cada minuto: Bea con su globo, el fabuloso Lindy Hoop de Esther, Ali y Bea, Sam con su monociclo, Eli y su bola de cristal y yo con mi varita.
Hemos tenido algunos inconvenientes, como los constantes cambios en nuestro calendario, la impuntualidad de quíen nos transporta a nuestros lugares de presentación o el viajar en transporte pùblico con nuestro vestuario y materiales. Pero eso no impide que disfrutemos cada segundo de nuestra aventura ¡y vaya que es una gran aventura con Aristas Sin Fronteras!
En nuestra casa las cosas han evolucionado. Ya no somos un grupo de desconocidos que comparten hogar, ahora somos una familia. entrenamos, tenemos nuestros chistes internos, conversamos, aprendemos y aunque hay momentos en que nos sentimos nostálgicos o necesitamos estar sólos, siempre sabemos que podemos contar los unos con los otros.
Personalmente, me siento orgulloso de compartir escenario y casa con tanto artista talentoso, de representar a centroamerica en este tour y de lo mucho que estoy aprendiendo de cada uno de mis compañeros y compañeras.
Y es que es hermoso trabajar de esta forma ¡Así si!
Rodrigo
Add the first comment?
Post a comment?
Comments are closed here.